Diego siente un arrebato de celos cuando un chico que no conoce contesta el teléfono de Lucía. Esta anécdota se convierte en la gota que colma el vaso de la paciencia de Diego que cree que es hora de ir a visitar a su mujer después de tanto tiempo separados. El cabeza de familia lo tiene todo pensado: Santiago y Carmen el acompañan a Houston y Fiti y Candela se trasladan a su casa para hacerse cargo de la familia. En el colegio están practicando con la flauta y Guille no demuestra mucha habilidad con el instrumento, muy al contrario que Teté. Pero el pequeño no puede ensayar porque Candela no soporta el ruido. Fiti se convierte en su aliado para ayudarle a mejorar lo que provoca que Fiti y Candela se reten para ver quién de los dos sabe llevar mejor a una familia de las dimensiones de la que tienen provisionalmente. Además, Candela sigue de cerca los movimientos de Marcos y Raquel porque aunque no sabe exactamente de qué se trata, sospecha que algo pasa entre ellos, una reacción