Diego y Santiago acuden a una reunión de la comunidad de vecinos a la que pertenece la taberna. Los propietarios congregados coinciden en que el local de los Serrano es muy ruidoso y proponen insonorizarlo. Desbordado ante las continuas protestas, Diego cede a Santiago el tuno de réplica. Debido a las duras palabras de Santiago, Diego no es reelegido presidente de la comunidad. El cargo pasa a doña Gregoria (Tina Sáinz), que promete hacer la vida imposible a los Serrano. Debido a la tensión verbal surgida, Santiago sufre un ataque de angustia y acaba desvaneciéndose aparatosamente. Poco después, Santiago decide tomarse la vida de forma más relajada y acudir a sesiones de yoga junto a Carmen y Candela. Las frecuentes discusiones de Raquel con su exmarido hacen que Marcos se tema lo peor. Convencido de que la joven profesora es víctima de maltrato, Marcos, Raúl y Chusky deciden dar un escarmiento al presunto maltratador destrozándole el coche, pero su acto justiciero se les escapa de